El psicólogo que está tratando al inspector Robert Kett se niega a darle el alta para que vuelva a trabajar, considera que es un negador y que necesita ayuda, pero aparece el comisario Clare con una urgencia y quiere que le den el alta ya. La causa de la urgencia es la aparición del cuerpo de una joven que parece haber sido agredida por un perro enorme. Paralelamente hay historias en la zona de un animal mítico que podría coincidir con los requisitos para producir este tipo de ataque. Toda esta hipótesis se derrumba con la intervención de la patóloga que hace la autopsia y define que el ataque aunque extraño es obra de una persona. Hay indicios que en la zona hay algunos antisociales que podrían ser los responsables. Kett empieza la investigación dentro de su jurisdicción y con su habitual personalidad pondrá en riesgo su vida y la de los demás pues para él lo fundamental es resolver el caso. Con algunas digresiones sobre la educación de sus hijas ante la falta de la madre se completa el cuadro.