Está crónica sigue la vida de Anna y Tom, una pareja de diseñadores gráficos que se fueron de su país para vivir una vida de freelancers en Berlín. Durante los primeros años, el día a día se adecuaba a lo que ellos se habían imaginado: un departamento minimalista y bien decorado, café de especialidad, amigos extranjeros y salidas nocturnas, trataban de ser descontracturados y abiertos y también comprometerse con algunas causas sociales. Al pasar el tiempo, los amigos volvían a sus países, tenían hijos, encontraban trabajos más estables, el trabajo creativo se volvía poco o monótono, las cosas que antes disfrutaban ahora los aburrían. Probaron mudarse a otro sitio para crear proyectos nuevos y llenarse de otros aires, pero la incomodidad seguía vigente, su estabilidad se volvía cada vez más borrosa, hasta que una noticia familiar los sorprende y los embarca en un nuevo rumbo. Una novela agradable e interesante que ilustra conceptos generacionales.